sábado, 16 de enero de 2010

And I lost my head


- ¿Sabes qué cuando sueñas que alguien muere…

- Le alargas la vida.


Hacía mucho tiempo que nadie acababa mis frases por mi. Que nada me hacia ser asiduo de nuevo a la mitología que había dejado atrás. Siempre me he aferrado a ella y siempre la he olvidado a las 12 horas de leerla, teniendo siempre con ella una primera cita. Ha sido así desde que la conocí.
Hacía mucho tiempo que no corría a buscar algo que alguien había lanzado por la ventana.
Tanto tiempo…
Me gusta tumbarme sobre la hierba, bajo los árboles, entre las hojas que caen de sus ramas, con el sol que las cruza y las nubes que los envuelve.
Pensar en las cosas que me gusta hacer. Hacerlas porque me sientan bien, sin sufrir por si van a mofarse cuando les diga que caminé descalzo por Londres, porque me hacía ilusión. Que corrí tras su corazón porque me hacía ilusión. Que los llamo, porque me hace ilusión. Que escribo a las cosas que me hacen ilusión. Y escribo sobre la noche que pasé a la luz de una vela, sobre la clara que bebí en un local de una calle perdida, o el café que tomé hundido en un sofá de cuero marrón. Escribo sobre las situaciones que vivo, he vivido y me gustaría vivir.
Escribo sobre momentos en los que puede haber magia. Una magia que no ven los que se mofan cuando les digo que me hace ilusión salir de casa a las tres de la mañana para dar corriendo una vuelta a la manzana, o pedir comida para llevar de madrugada.
Y escribo sobre los recuerdos que tengo, el pasado más lejano, el pasado más presente o el futuro más cercano. Sobre la noche que confundí las calles de Barcelona, con las de París.

jueves, 14 de enero de 2010

Sabeamargo


¿Cuántas veces has sentido cobardía? ¿Cuántas veces te has quedado con ganas de hacer algo que querías?
Que alegres somos cuando conseguimos lo que queremos y las cosas no salen tal y como habíamos planeado.
He descubierto y se, que nos duele mucho no atrevernos a hacer algo. Cuando no nos atrevemos a pedirle, cuando no nos atrevemos a decirle, cuando no nos atrevemos a darle. Y lo bonito que es hacerle, decirle, pedirle y darle, y lo bien que se siente el otro. Incluso uno mismo…

Pero también he descubierto y sé que la cobardía existe por que existen las reacciones inapropiadas. Cuando le dices, le haces, le pides o le das algo y no se toma un minuto si quiera en pensar porqué.

Y con todo lo que he descubierto y todo lo que sé, he aprendido que vale la pena arriesgarse, aunque todavía no me atreva.

Pefiero arrepentirme de haber hecho algo, que arrepentirme de no haber hecho nada.

lunes, 11 de enero de 2010

Cómo algodones de azúcar


A pesar de que haya descubierto que las princesas viven en cajitas y son adictas a la nieve. A pesar de que lo que leo nunca llegue a ocurrirme y aún siendo plenamente consciente tenga la esperanza de vivirlo. A pesar de que viva enganchado a pasar las noches en vela y mi futuro sea una caja de dormidinas. A pesar de todo, seguiré comiendo sugus.

¡Hay recuerdos cómo algodones de azúcar!

Recuerdos


¿Conocéis los sugus i los biberones de frutas?
No recuerdo a penas nada de la época en que los conocí, pero puedo imaginar la sensación que sentí cuando los disfruté por primera vez.
Mi vida , entonces, era tan difícil cómo separar el caramelo de su envoltorio.
Años atrás la cosa se fue complicando cada vez más, y cambié el cochecito por vagones de metro, piruletas por pitillos y libretos para colorear por apuntes a pasar a limpio. Dejé de esconderme por las noches detrás del sillón, para pasear por el centro y divagar sobre la posición que adaptan las personas cuando se sienten cohibidas, cada noche, con alguien diferente. Con el paso del tiempo -y en determinados momentos más que en otros- fui olvidando cosas que me hacían sentirme realmente bien. Ahora Los sugus y los biberones de frutas comparten escritorio con el tabaco de liar, conocí los parecidos entre el chocolate y el sexo y he dejado de pensar que los mensajes que enviaba con aviones de papel por la ventana iban a llegar a alguien. Pero puedo decir que sigo siendo el mismo.

sábado, 26 de diciembre de 2009

La vida és un rellotge


I les agulles només giren en un sentit.


M'encanten les converses que acaben bé els meus dies.

lunes, 21 de diciembre de 2009


Vivian en una calle sin semáforos. Un hombre, una mujer y algún que otro de sus hijos.

Un “padre” hombre de bares, con una inmensa vida social más que cultivada y que cuidaba entre quintos y tubos de la cerveza más tirada que le pudieran dar. Pues para qué gastarse más dinero en malgastar el tiempo sin estar cuerdo.
Un niño que se masturba a escondidas y otro que jugaba a divagar debatiendo temas en una relación de interacción en la que emisor y receptor son la misma persona, y en esa habitación una única a la vista.
Una “S”eñora que cuidaba de sus hijos, a los que no ha tenido tiempo de olvidar y una madre que se entera de que hace tiempo su hijo, empezó a fumar.

Y todos, metidos en un piso.

No hay forma más clara de creer algo que se vive que exagerar lo que ocurre.

*


Pensaba que la gente no bailaba, no sabía disfrutar y que mirar era de mala educación.
Pensaba que la gente no podía distraerse. Pensaba que la gente no olvidaba. Pensaba que la gente no huía y que todas las noches te lo pasabas bien.
Pero estaba completamente equivocado. La gente baila y disfruta. La gente se distrae y olvida. La gente huye.
Hay noches en que las miradas agradan y un muy bien se queda corto.

Creer/Confundir


Incluso un profesional confundió timidez con discreción.
Me encanta comportarme como un niño y hacer cosas de mayores.

Chansons d'amour


Mon coeur a ses raisons mon amour
de n'pas t'appeler chéri
Toi tu veux que je t'aime,
moi je ne veux pas soufrir

Feedback


Nunca está demás encontrarte con gente a la que no veías desde hace un par de años, tomar un chupito y bailar hasta tarde.
Y tampoco está mal dedicarte un día a ti mismo. Y que te cuiden y te mimen y te hagan caricias tumbado cara al sol. Dejar caer la mano izquierda a un vacío al que no puede resbalar y reposar la derecha sobre otra mano. Suave, caliente, grande e inconfundible.
Dormir al final de unas escaleras con alguien al lado, que te hace saber que no estás solo y que te empuja poco a poco cuando la luz ya te ha cegado.
No está demás reconocerte, verte, cuidarte y reírte, sentirte.

Reafirmo


Tanto tiempo desaprovechado queriendo jugar a ser la clase de persona que no conoce el amor por culpa del azar cuando es en realidad, un problema de intereses...
Me da risa que la gente me diga que no cree en las casualidades.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Diciembre [cerró puertas]


Alguna vez habrás vivido un año en el que hayas conocido a cientos de personas diferentes en cientos de sitios a los que alguien te ha llevado y has hecho cosas que te han enseñado a hacer parte de aquellas ciento de personas que te han hecho, leer, ver y escuchar cosas que te han llevado a ver, leer y escuchar cosas que te han hecho reir.


Cuando en la apariencia lo he dejado todo, no sólo en la apariencia he ganado algo.


Empiezaré el año siendo uno más, y despidiéndome de uno menos-

jueves, 24 de septiembre de 2009

Noches de edredón


¿Sabes qué?

Ahora me pondría el pijama, me metería en la cama y a dormir. Al levantarme echaría un polvo, uno de los mejores, y dormiría para siempre.

Quiero


Quiero las palabras más bonitas que hayas escuchado. Las palabras más bonitas que te hayan dedicado. Quiero escuchar las palabras con más rimas, las que mejor suenan en mi oído. Las que me hacen más feliz.
Quiero querer una cosa y tenerla sin pedirlo.
Quiero las palabras que saben hasta donde llegar, las que siempre van más allá de lo que les pides, las que siempre saben complacerte.
Quiero que me digas lo que no hayas dicho a nadie.


Quizás sea demasiado romántico para los tiempos en que vivimos.