miércoles, 26 de mayo de 2010

Dopamina


Cuando disfrutas realmente haciendo algo -a pesar de que ese algo, sea tu trabajo- no llegas a ser consciente del esfuerzo que supone hacerlo. Y tampoco eres consciente de cuando ha sido suficiente. Pero por más que te guste, el sobreesfuerzo pasa factura.

Intenté detenerme un segundo, pero recordé lo poco que queda, y aún sabiendo que vendrán nuevos, sentí que todavía debía esforzarme más. De todos modos, no negaré, que también sentí algo de alivio*.