jueves, 14 de enero de 2010

Sabeamargo


¿Cuántas veces has sentido cobardía? ¿Cuántas veces te has quedado con ganas de hacer algo que querías?
Que alegres somos cuando conseguimos lo que queremos y las cosas no salen tal y como habíamos planeado.
He descubierto y se, que nos duele mucho no atrevernos a hacer algo. Cuando no nos atrevemos a pedirle, cuando no nos atrevemos a decirle, cuando no nos atrevemos a darle. Y lo bonito que es hacerle, decirle, pedirle y darle, y lo bien que se siente el otro. Incluso uno mismo…

Pero también he descubierto y sé que la cobardía existe por que existen las reacciones inapropiadas. Cuando le dices, le haces, le pides o le das algo y no se toma un minuto si quiera en pensar porqué.

Y con todo lo que he descubierto y todo lo que sé, he aprendido que vale la pena arriesgarse, aunque todavía no me atreva.

Pefiero arrepentirme de haber hecho algo, que arrepentirme de no haber hecho nada.