sábado, 27 de marzo de 2010

Las Áfricas

Amsterdam '09


Hoy debería estar triste porqué se marchó alguien cercano. No puedo estarlo. Hay circunstancias que no me lo permiten. Quizás se trate de aquello llamado “equilibrio”, la harmonia del Kharma, un “no hay mal que por bien no venga” o simplemente que la vida te da y te quita cuanto está escrito, y en esta ocasión, se le ha acumulado la faena. Hoy me despido de Barcelona. En 24 horas bajaré de la nave en la que haya vivido mi “Tres leguas de viaje submarino” particular –o paseo en barca- y el suelo en el que pise firme pertenecerá a Tánger, también a Meknes, después Erfoud. Otro día subiré el Atlas y quién sabe, quizás baje hasta el Sahara, pero sin duda iré montado en mis converse, que no tendrán tregua hasta que me decida a ver amanecer en la chepa de un camello desde una duna.
Me despido también del Wi-fi, la cobertura telefónica, la electricidad, el agua corriente y similares.
Conoceré un nuevo continente, su otra cara, nuevas costumbres y nuevas gentes. Historias y lugares de los que sólo había oído hablar. Podré meditar, aprender, reír, llorar, compartir y ayudar. Voy a EMPAPARME DE TODO, y no creas que me olvidé de ti porque tras este viaje no te regale una posta. La guardaré junto a la de Madrid.
Fins aviat Barcelona. Saba'a AlKair Marruecos.

lunes, 22 de marzo de 2010

Me pienso

Xavi by Espe London '09

Cuando una experiencia pasa a ser recuerdo – en una fracción de segundo posterior a su actividad- nuestra mente hace de ellos algo proporcionalmente exagerado. De modo, que nuestra condición humana nos lleva a creer que lo malo fue muy malo, y lo bueno, fue realmente genial. Si nuestro subconsciente lleva a cabo tal tergiversación de lo sucedido tan sutilmente que nos acomodamos en ese recuerdo cómo si fuera cierto. ¿Hasta qué punto no es real?

Hoy pensé tan fuerte que creí que la gente podría oírme.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Auténtico


A día de hoy, no voy a avergonzarme por ser de los que mira continuamente hacia detrás, porque no dejo de pensar en lo que viene. Ni dejaré de bañarme desnudo en la playa durante las noches de verano. Tampoco dejaré de besar a mis amigos como muestra del amor que siento hacia ellos. Por ahora no tengo pensado dejar de fumar, porque aunque no me sienta orgulloso de ello, me encanta liarlos, encenderlos y compartirlos.
De mi boca no cesarán los te quiero, toda esa verborrea que tanto me caracteriza, ni esas guarradas que tanto me excitan y provienen de mis más sucios pensamientos.
Me seguirán gustando las cosquillas a pesar del dolor que me ocasionan, los corazones de azúcar, los ositos rojos y los sugus azules. Seguiré comiendo pipas (o lo que sea) con ansia, leyendo a trompicones, tomando café a horas inadecuadas. Escribiré en el tren cuánto se me ocurra, llevaré siempre una mochila conmigo, reiré solo y miraré mi reflejo en las ventanillas del vagón cuando se adentra el tren en los túneles del metro, o bajaré el parasol del coche sin tener cuidado con lo que sus conductores esconden dentro.

Por último, prometo no dejar de cruzar los semáforos en rojo, no dejar de escuchar música constantemente, andar por la calle con los ojos cerrados y el sol de frente. Prometo no dejar de sentirme como un niño, permitir que me alaguen y sacarle una sonrisa a X lo más grande posible Prometo no dejar de salir por las noches teniendo clases al día siguiente, ni tomar el sol en invierno tanto como comer helados, o besar a hombres no apropiados.

Voy a llevar a cabo un segundo alunizaje…


domingo, 14 de marzo de 2010

BOX 10


Tengo la pared llena de post-it, las agendas repletas de tareas, y en la mochila un sin fin de notas que me recuerdan lo que me queda por hacer. Pero no puedo evitar tumbarme durante horas, tomar unas cervezas y distenderme en lo que sea.
A estas alturas ya se acaban muchas cosas y cuento los días que faltan para que lleguen las nuevas-¡qué ganas!-, pero hay algo que me pasa continuamente por la mente. ¿Qué hace que a tu edad se te obligue a pasar los días tumbada en una cama de hospital? Debo dedicar muchas horas a pensar si yo quiero llegar a las 80 y pasar lo mismo que tu, pero por ahora me permito dejar para mañana lo que puedo hacer hoy después de escuchar tu; - No em vull morir…- Porque a estas alturas, es cuando empiezan a emerger las gotitas esas en mis ojos que me nublan la vista y humedecen mi rostro. Cuando tengo un nudo en la garganta que casi no me deja respirar. Cuando mi empatía se vuelve patetismo y no dejo de repetirme “qué sientes tu tan cerca del final”…

Au! puja’m amunt, puja’m amunt, amunt!

martes, 9 de marzo de 2010

Incendios de nieve


Me pareciste interesante cuando me explicaste que el obturador, junto con la abertura del diafragma es el dispositivo que controla el tiempo durante el que llega la luz a la película. O cuando me llevaste a aquella cafetería y no dejamos de hablar durante seis horas. Me gustaste cuando comprendí tu rara y excéntrica visión sobre los botones de mi chaqueta. No tuve duda cuando me enseñaste tu colección de postales. Me enamoré cuando me paralizaste en tu cama y no dejaban de temblarme las piernas. Y tocaba el cielo cuando empezaban los créditos y me dabas un beso en la frente y me abrazabas para dormir.
Ahora, voy a enseñarte una cosa; La nieve se forma comúnmente cuando el vapor de agua experimenta una alta deposición en la atmósfera a una temperatura menor de 0 °C, y posteriormente cae sobre la tierra. Es muy raro el hecho de que nieve en Barcelona, tanto o más, que la probabilidad que yo cayera a tus pies. Si extrapolo la situación, tu serias los copos de nieve. Al principio no podía creérmelo, no podía parar de reír. Cuando llegué a casa y empezaron la fiebre y los vómitos, me quería morir. ¿Pero sabes qué pasa cuando ascienden de nuevo las temperaturas? Los copos se derriten. La gran nevada queda en la memoria pero ya no hace frío. Ya no pienso en ti.

Ayer nevó en Barcelona y conocí los muñecos de nieve...