Larache 2010
Se me escapaba esta mañana una pequeña sonrisilla* cuando te he visto entrar.
Tú, me has mirado. Yo, me he perdido en tu baja saturación. Y de pronto ya no podía escapar de tus brazos. Me has torturado con cosquillas y me has derrotado arrojándome al sofá. En este punto mi sonrisa se ha vuelto carcajada y me has callado con tus labios, fuertes, calientes, tiernos. Justo en ese momento he escuchado el despertador y al levantarme de la cama me ha sorprendido la nostalgia contenida que podría hasta considerarse fría en mí.
Se me permite soñar contigo ahora que ya no sueño con verte. Aunque nos hayamos encontrado.