El chico con hoyuelos
1. m. Hoyo en el centro de la barba, o el que se forma en la mejilla de algunas personas, cerca de la comisura de la boca, cuando se ríen. (RAE)
jueves, 20 de enero de 2011
31/12/08
Alguna vez habrás vivido un año en el que hayas conocido a cientos de personas diferentes en cientos de sitios a los que alguien te ha llevado y has hecho cosas que te han enseñado a hacer parte de aquellas ciento de personas que te han hecho, leer, ver y escuchar cosas que te han llevado a ver, leer y escuchar cosas que te han hecho reir.
Cuando en la apariencia lo he dejado todo, no solo en la apariencia he ganado algo.
martes, 12 de octubre de 2010
Parece que están lejos
Dejé escapar dos mariposas que ahora vuelan entre Maastricht (Holanda) y Hasselt (Bélgica). Hace ya un tiempo y sigo echándolas de menos.
Se fueran a “estudiar”, a conocer nuevos lugares, a pasear nuevos parques y a beber y fumar nuevos bares.
Lo más divertido es que he conseguido seguirles la pista y podré gozar de sus aleteos de nuevo. Por lo menos, los efectos de la Drosophila harán que el tiempo que queda para volver a verlas se haga más corto, o eso espero.
- He soñado que llegaba a Maastricht i nos veiamos! Jops...el despertar no ha estado tan guay como el sueño. Qué ganas tengo de llegar!
- El viernes ese sueño se hará realidad! ♥
domingo, 3 de octubre de 2010
Días claros
Charlar en una terraza, tomar unas copas de cerveza. Cenar en cualquier banco y seguir con las cervezas. Supervisar la cartelera y acabar desnudos entre tus sabanas. Tomar unas copas de vino y escucharte tocar la guitarra o el piano desde una esquina de la cama. Salir desnudos al balcón y fumarme un cigarrillo antes de dormir.
[…]
Salir los cuatro a cenar a un restaurante. Ver el estreno del mes y comentarlo. Ir a tomar unas copas y pelearnos por pagar la cuenta.
[…]
Espera un momento. Aún no nos conocemos.
¿Por qué negarme a una buena sesión de sexo en la ciudad?
lunes, 2 de agosto de 2010
Enfant
Dije una vez….
Me gustaría escribir postales en aviones, relatar pequeñas historias de “le chat noir” que duerme sobre la ventana de mi habitación, describir esas pupilas. Me gustaría dormir en la playa, bañarme de noche, bañarme desnudo y hacer el muerto sonriendo. Me gustaría ver las estrellas, llenar de humo el cielo con mis amigos, irme a “romper ventanas” con ellos. Salir a pescar, beber tequila, ron, vodka y anís, regalar abrazos. Hacer un pendiente al más puro estilo Pink Lady y escuchar como laten dos corazones que no son el mío. Me gustaría rodar, salir a rodar fuera de mi ciudad, darle vida a la imaginación.
Cumplí 20 años y me voy de la ciudad. Ordené los cajones y vi más de lo que soy capaz de recordar. Grabaré unos recuerdos que no són los míos, y viviré más de lo que he pagado por ver.
Le dije que nada de pin-pin, que a mi me van los pim-pam y salí a bailar. ¡DIENTES DIENTES!
jueves, 8 de julio de 2010
48 Hours
Hormigas atraviesan kilómetros de surcos en la arena húmeda de Salesia.
Soldados obran por su futuro bajo las tormentas con ayuda de enfermeras poetas.
Yo tomo el sol de la Toscana sobre mi supersubmarino mientras escribo mi diario y la sombra de mi mano le hace cosquillas al papel intentando descoserse de esa piel que cada día luce más morena, más seca, orgullosa de esas marcas que la hicieron llamarse así.
domingo, 6 de junio de 2010
Un cartón de vino. Un botellín de cerveza. Una colilla con carmín.
Y de todo eso me di cuenta brindando con vino y champagne en una cena a la luz de las velas rodeado de los desconocidos que me volvieron tierno;
Cientos de horas sin dormir que he pasado tumbado en camas calientes de sabanas blancas que habitan sobre suelos de parqué.
Cientos de horas sin callar palabras clave para aprobar los suicidios colectivos de neuronas en mi cerebro.
Miles de risas que ahora me empujan a nuevas conversaciones de esas que se tienen tumbado en camas calientes de sabanas blancas que habitan sobre suelos de parqué y que te hacen fumar miles de pitillos que han tomado el sol.
Dicho lo dicho. No he acabado y ya empiezo. Más Yo. Más conmigo.
miércoles, 26 de mayo de 2010
Dopamina
Cuando disfrutas realmente haciendo algo -a pesar de que ese algo, sea tu trabajo- no llegas a ser consciente del esfuerzo que supone hacerlo. Y tampoco eres consciente de cuando ha sido suficiente. Pero por más que te guste, el sobreesfuerzo pasa factura.
Intenté detenerme un segundo, pero recordé lo poco que queda, y aún sabiendo que vendrán nuevos, sentí que todavía debía esforzarme más. De todos modos, no negaré, que también sentí algo de alivio*.